sábado, 17 de diciembre de 2011

Una década del argentinazo: impunidad en democracia

Raúl Zibechi

Días antes del décimo aniversario de los levantamientos populares del 19 y 20 de diciembre, que abrieron una nueva etapa política en Argentina, se realizó en la ciudad de Rosario el primer Encuentro Nacional de Familiares de Víctimas de Diciembre de 2001. Esos días fueron asesinadas 37 personas, incluyendo niños y niñas de 13 y 14 años. Crímenes de la democracia que permanecen impunes.


Debieron pasar 10 años para que los familiares se reunieran, se reconocieran en un dolor común ensanchado por la impunidad, volvieran a llorar a sus muertos y denunciaran que buena parte de los responsables políticos de la masacre perpetrada por el gobierno democrático de Fernando de la Rúa, o sea gobernadores e intendentes (alcaldes), pero también diputados y senadores, siguen ostentando cargos institucionales. Muchos se han travestido adoptando los modales propios de los nuevos tiempos.

En el encuentro que duró tres días, del 8 al 10 de diciembre, confluyeron el padre y la madre del motoquero Gastón Riva, asesinado cuando enfrentaba con su moto las balas policiales; los familiares del niño cordobés David Moreno, de 13 años, muerto por capricho policial; el tío de la niña Eloísa Paniagua, asesinada en Paraná, y decenas de familiares y personas que fueron heridas de gravedad en los días en que la banca se llevó miles de millones del país. Hubo más rabia que congoja y muchas ganas de seguir adelante.

La familia de Claudio Lepratti, Pocho, un militante social que tejía solidaridades territoriales desde su bicicleta, recordó que fue asesinado cuando se paró en el techo de la escuela donde trabajaba como cocinero para decirles a los policías que dejaran de disparar, que allí sólo había niños y niñas. Una bala le perforó la garganta.

Jesús, el tío de Eloísa, un trabajador sencillo, puso el dedo en la llaga cuando dijo con ingenua sinceridad: No entiendo por qué en todos estos años los derechos humanos no se ocuparon de nosotros. Un chico muy joven, integrante de una banda de rock, se animó con una frase que resume un tiempo histórico: El 20 de diciembre, en el centro las clases medias y los sindicatos protestaban y no había policía. Pero en los barrios disparaban a matar. En esos barrios, pobres y periféricos, se produjeron los nueve muertos que hubo esos días en la provincia de Santa Fe, la más castigada por la represión.

Frases sencillas que desnudan un modelo de dominación. En esta década el Estado adoptó la defensa de los derechos humanos como una de sus más destacadas políticas. Se focaliza en los crímenes de la dictadura, lo que supone un reconocimiento a las víctimas y el señalamiento de los victimarios. Quedan en la sombra los 3 mil 93 muertos de la democracia (1983-2010) denunciados por la Correpi (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional), asesinados por las fuerzas de seguridad bajo la modalidad del gatillo fácil.

Esto, por no hablar de la represión masiva contra los pobres. En la ciudad de Córdoba se detiene a más de 54 mil personas todos los años por la aplicación del Código de Faltas, que permite arrestar y maltratar a los jóvenes pobres cuando salen de sus barrios usando gorros, acusados de merodeo porque incomodan a las clases medias. Miles de personas participan desde hace cinco años, en esa ciudad, en la Marcha de las Gorras para exigir la derogación de un código que convierte el paseo en delito por portación de rostro.

Prácticas de las dictaduras que ahora están focalizadas hacia los barrios periféricos donde se amontonan los ni-nis, chicos que ni trabajan ni estudian y que no tienen futuro en este sistema. Son desechables, números sin rostro.

Recordar los sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001 sin incluir a los asesinados y los heridos, dejando de lado a los desechables de ayer y de hoy, sería un vano ejercicio de macropolítica, de una sociología que sólo analiza lo que le sucede a otros y nunca incluye a los de debajo de carne y hueso. Ellos pusieron buena parte de los muertos de aquellas jornadas y los siguen poniendo diez años después.

Por eso, no tiene sentido conmemorar el ayer sin traerlo hasta el hoy, sin denunciar un modelo minero-soyero que convierte la naturaleza en mercancía y condena a los pobres a vivir en campos de concentración, allá lejos, en las periferias inundables y contaminadas que por ahora no interesan a la especulación inmobiliaria. Si se atreven a salir, son detenidos a razón de uno cada 10 minutos (sólo en Córdoba) o son asesinados, a razón de uno cada 28 horas en todo el país, según los últimos datos de la Correpi.

Es hora de sincerarse y dejarnos de dobles discursos. Eso que llamamos democracia y derechos humanos tiene vigencia para una parte de la sociedad, quizá menos de la mitad. Un solo ejemplo: en 2009 un vigilante privado que asesinó a un joven discapacitado física y mentalmente en el conurbano de Buenos Aires fue condenado días atrás a dos años y 10 meses, ya que el juez le aplicó la figura de homicidio cometido en situación de error en el ejercicio de la legítima defensa (Página 12, 19 de noviembre). Creatividad jurídica para avalar la impunidad.

Los familiares de las víctimas del argentinazo constataron, en sus testimonios durante el encuentro en Rosario, que la impunidad no es una anomalía sino un patrón común. En el mejor de los casos, los que dispararon a sus hijos fueron condenados a unos años de prisión y ya están en libertad. En 2004 el gobierno de Néstor Kirchner les ofreció reparaciones materiales que la mayor parte rechazaron.

La reflexión sobre la impunidad, sobre todo la de los responsables políticos, impone reflexiones más profundas. ¿Podemos pensar a los policías y a los políticos como guardianes del campo de concentración? Si así fuera, los que gozamos de ciertas libertades estamos ante un dilema ético que supone elegir de qué lado de las alambradas nos vamos a colocar, aun sabiendo que esa elección no tiene marcha atrás, porque el sistema no perdona a los que están abajo ni a los que se colocan a la izquierda.

Fuente:
La Jornada

domingo, 11 de diciembre de 2011

¿Hegemonía o emancipación?

Ana Esther Ceceña

ALAI AMLATINA, 08/12/2011.-


Las primaveras libertarias


Si una década atrás los aires de primavera americanos inundaban el resto del planeta, hoy regresan refrescantes aunque enigmáticos desde tierras árabes hasta nuestro continente.


Las revueltas americanas inauguraron un ciclo de luchas por la descolonización y la desalienación; por la desobjetivación de los sujetos; por la complementariedad y las diversidades; por la recuperación de la intersubjetividad; por la humanidad y contra la carrera suicida de un sistema insustentable y perverso. Partiendo del mundo en el que caben todos los mundos, proclamado por los zapatistas desde el fondo más profundo de las diversidades negadas, hasta las revueltas andinoamazónicas que llaman a refundar la relación con la naturaleza y a restablecer la integridad de la Pacha Mama, se ha recorrido un camino conceptual del que emana una politicidad transformada, subversiva y libertaria cuya potencia sólo puede ser medida en el tiempo y el espacio de los amplios horizontes, en los que se encuentran y a los que contribuyen los movimientos emancipatorios que crecen en todos los rincones del mundo.


El momento actual puede muy bien ser definido como de oportunidad y peligro, como de catástrofe y esperanza. Atendiendo a la alta inestabilidad sistémica que lo caracteriza, las rutas posibles de bifurcación están abiertas e invitan a esa creatividad sujética con que los pueblos reinventan su historia. No sólo hay un rechazo a la perpetuación del sistema sino un afloramiento de alternativas que van construyendo nuevos imaginarios y sus consecuentes cables a tierra, ya sea que aparezcan como políticas públicas, como nuevas institucionalidades o como construcciones autonómicas y comunitarias.


Desafiantes, atrevidos, audaces, convencidos y múltiples, los movimientos libertarios brotan por todos lados buscando materializar utopías viejas y nuevas y colocan al sistema en su conjunto en aprietos, casi desoyendo sus contradicciones internas. Que se vayan todos los representantes de este orden caduco y autodestructivo donde quiera que se encuentren no es más una aspiración argentina sino mundial, ya rumiada por los colonizados de todos los continentes y replicada unos años después por los indignados e insurrectos que brotan hasta en el corazón del sistema. Y todos significa los saqueadores, los creadores y defensores del orden establecido así sean legisladores, represores, financieros, inversores, educadores o civilizadores, bajo cualquiera de sus modalidades. No más opresión; no más alienación. El capital está en riesgo.


Diez años después en la Plaza Tahrir se escuchan los ecos de la Plaza de Mayo: que se vayan todos. Emblemas del Che Guevara, del Subcomandante Marcos y de Hugo Chávez ondean entre los manifestantes demostrando que la lucha es una sola más allá de sus matices y diferencias temporales y situacionales. Es un levantamiento contra el capitalismo que apenas empieza a mostrarse, atizado por la evidencia de insustentabilidad de un sistema que en consecuencia se militariza cada vez más.


Las pacíficas voces del Ya basta o del Ya no más que movilizan en contra del saqueo y que abren nuevos imaginarios atrevidos y esperanzadores se van convirtiendo en el enemigo principal de ese sistema obsoleto, pero sanguinario y despiadado, que extiende y profundiza la guerra colonial con la que inició hace más de 500 años, y con la que seguramente cavará esa tumba, a la que quiere arrastrarnos a todos.



Geopolítica a dos bandas


El control del homeland


Si América es considerada espacio vital de Estados Unidos por su carácter insular y sus condiciones de autosustentabilidad, el Medio Oriente, Asia Central y algunas regiones de África forman parte de sus emplazamientos neurálgicos. En un juego que se mantiene a dos, tres o cinco bandas, una en cada continente, Estados Unidos, como expresión del máximo poder mundial, intenta hacer honor a la pretensión del Pentágono de alcanzar la dominación de espectro completo.


Con ritmos distintos, pero manteniendo siempre el principio de los contrapesos; utilizando diferentes mecanismos pero aplicándolos de manera simultánea; comprometiendo actores que en otras circunstancias podrían pretenderse competidores pero manteniendo claramente el control desde la cúspide de la pirámide del poder; guardando una continuidad impecable de sus políticas hegemónicas no obstante los cambios de gobierno y los reacomodos de fuerzas, Estados Unidos se despliega por el mundo reforzando o conquistando posiciones que se constituyen en nodos estratégicos de un entramado global de dominación y disciplinamiento encaminado a la apropiación material de los elementos esenciales de reproducción del sistema, llamados de manera simplificada recursos naturales, y a la disuasión o confrontación de cualquier iniciativa de territorialidad, organización social o visión del mundo diferente a la occidental capitalista que encabeza.


En América Latina a pesar de la complicidad de muchos de los gobiernos de la región y del lanzamiento de grandes y ambiciosos proyectos que combinaban intereses económicos, reordenamiento territorial y control policíaco-militar directo e indirecto, no en todos los terrenos se logró mantener la preeminencia. Casi todos estos proyectos han sido cuestionados y han levantado una oposición en ocasiones dispersa, siempre multiforme, y en momentos articulada subregionalmente o incluso a nivel continental. Por su importancia simbólica, por haber permitido crear una plataforma de lucha en la que confluyeron movimientos muy distintos entre sí y también gobiernos comprometidos con la autodeterminación de los pueblos de Nuestra América, el rechazo militante y finalmente la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en 2006 marcó un momento culminante de la fuerza descolonizadora regional y a la vez un llamado a reforzar la estrategia contrainsurgente para detenerla.


A partir de ese momento puede observarse un reforzamiento de la política hegemónica sobre el Continente que juega simultáneamente en todos los frentes buscando a la vez penetrar y envolver, cercar y desarticular.


La señal de partida, que marca tanto cambios de forma como un claro aceleramiento del ritmo de intervención, fue dada en Sucumbíos, ratificando a Colombia como punto de irradiación interno, centro de una estrella capaz de lanzar sus rayos en todas direcciones y vinculado a las fuerzas del Pentágono, activas desde su implante en la base de Manta en Ecuador en ese momento.


Efectivamente Colombia es el asiento principal de este nuevo ciclo ofensivo, con un importante cambio de matiz con la salida de Álvaro Uribe de la Presidencia.


Después de un conjunto de movidas relativamente imperceptibles en toda el área del Gran Caribe, la base de Manta se multiplica en territorio colombiano mediante un convenio que admite 7 nuevas ocupaciones –anteriormente había 6- de instalaciones militares en condiciones de total inmunidad, tanto para los efectivos militares estadounidenses como para sus contratistas, que bien pueden ser ingenieros o mercenarios de guerra, espías, expertos en comunicaciones, biotecnólogos o cualquier otra cosa que sirva a los fines inmediatos y estratégicos de la cúpula del poder mundial bajo la representación del Pentágono.


Sin demeritar la importancia de las nuevas posiciones alcanzadas en el centro del continente, con capacidad de proyección rápida no sólo hacia los polos sino hacia otros continentes -particularmente África-, una de las jugadas de mayores consecuencias en la geopolítica continental fue la extensión del Plan Colombia por lo pronto hacia el norte.


La proyección hacia el sur, con su punto nodal en Paraguay, ha tenido algunos vaivenes. Pasó de la libertad de tránsito de efectivos militares estadounidenses en todo el territorio paraguayo, con inmunidad total (2006), a un relativo retiro y un nuevo convenio en virtud del cual se ha instalado una Base de Operaciones en el norte del país (2010), para capacitar en esta ocasión a los cuerpos policíacos, que son los que han tomado la delantera en la lucha contrainsurgente y de protección a los capitales transnacionales (lo que incluye desplazamiento, expulsión violenta, criminalización, encarcelamiento, asesinatos y reordenamiento territorial). No obstante, todavía no se logra establecer explícitamente un Plan Paraguay similar al de Colombia, como sí ha ocurrido en el norte.


La Iniciativa Mérida (2008), nombre con el que se ha querido disfrazar el Plan México, sienta un precedente que se repetirá en todas las subregiones donde se han escalado los acuerdos de seguridad previos, creando una nueva institucionalidad en el campo.


Tanto las normatividades (antes Planes, ahora Iniciativas), como los emplazamientos directos (bases), e indirectos (IV Flota); algunos encaminados a envolver y otros a penetrar, algunos unidireccionales y otros compartidos (ver cuadro), han logrado modificar el equilibrio geopolítico, en permanente redefinición.


Estados Unidos logró revertir la tendencia emancipatoria ascendente que marcó el cambio de milenio pero no ha logrado derrotar la resistencia, que se recompone desde diferentes lugares y con distintas modalidades. La ocupación y control territorial (que incluye los mares), alcanzados mediante un juego combinado de compromisos de cooperación, trabajo mediático, cooptación, inyección de recursos e ideología a la sociedad civil y despliegue de fuerzas físicas, determinó un cambio de balance en el segundo quinquenio del siglo XXI. Las contradicciones y disyuntivas inevitables de la resistencia y de una construcción alternativa, que no termina de despegarse de los imaginarios y prácticas capitalistas; que no termina de atreverse a “caminar sobre sus propios pies”; que no se acaba de desprender de los modos de pensar, de concebir, de hacer que le han sido impuestos por los colonizadores; que no alcanza todavía a concretar las condiciones de irreversibilidad del dislocamiento sistémico que está intentando; dan soporte al terreno de la reconquista.


Las puntas de lanza socavadoras del proyecto emancipador tienen asiento concreto en Colombia y México, junto con Honduras, Panamá, Costa Rica y ahora también Guatemala. Haití es un caso doloroso y paradigmático dentro de este tablero en el que sucesivos intentos de golpe de estado o de golpe de sociedad redirigen las dinámicas con un sentido hegemónico.


Por el otro lado, la terquedad de los pueblos en la defensa de sus territorios y sus culturas, de sus historias y sus horizontes, de sus visiones del mundo y modos de vida, aunada a los esfuerzos de construcción de institucionalidades tendientes a la desconexión del capitalismo (sumak qamaña, sumak kawsay, biopluralidad), al reconocimiento de las diversidades (estados plurinacionales, autonomías), contrahegemónicas (ALBA) o, por lo menos, impulsoras de la autodeterminación, de la descolonización, o de nuevos entendimientos Sur-Sur (CELAC), son los puntos de apoyo de un futuro no suicida y, consecuentemente (aunque no sólo), no capitalista. Todo esto siempre que se logre la confluencia, que no la unificación, entre los diferentes sujetos y procesos en búsqueda de una emancipación integral.


Las apuestas del control planetario


Entendiendo que el control de casa es absolutamente prioritario, éste ocurre paralelamente y en consonancia con el de áreas o espacios de importancia estratégica en términos de su dotación de recursos fundamentales, de su rebeldía político-cultural, de su arraigo histórico específico (en este caso no-occidental), o de su capacidad para conformar una articulación hegemónica alternativa (1).


El corredor petrolero de Asia Central, Medio Oriente y África es sin duda la segunda prioridad de la política hegemónica, no sólo por sus riquezas sino por los juegos de poder presentes en él.


Desde la búsqueda por impedir la relación entre China y los países proveedores de petróleo; la de China y Rusia o de cada uno con sus redes de alianzas regionales; hasta la de impedir la formación de nodos de articulación no occidentales como podrían ser (o haber sido) Libia y, sobre todo, Irán (2), las piezas llevan tiempo acomodándose en la zona y son una referencia de equilibrio con respecto a América.


En África el Golfo de Guinea, Sudán y Libia marcan un triángulo de codicia que se inserta en la línea Libia, Siria, Irán, de manera que tiende a abarcar casi toda la región que el Pentágono considera ser la “brecha crítica”, tanto por sus riquezas como por su presunta indisciplina, desorden o insumisión.


Escenarios simultáneos, contrapunteados y fundamentales, para los que se diseñan políticas diferentes y se movilizan actores específicos, pero que sólo en conjunto garantizan el mantenimiento de la hegemonía y, lo que es infinitamente más importante, del orden sistémico.


Ahora bien, como en todo juego de estrategia, un movimiento implica siempre efectos varios. La jugada entonces pone a prueba también a las fuerzas aliadas como las de la OTAN, suplantadoras sin riesgo de competencia porque requieren la asociación, y mueve las relaciones internas de la Unión Europea de modo que puede resultar en un debilitamiento general de su fuerza relativa. De esta manera los costos de la guerra se expulsan y los beneficios se comparten, dejando los inmediatos en las manos más pequeñas y los estratégicos en la cúspide de la pirámide del poder.


De algún modo el corredor petrolero contrahegemónico liderado por Venezuela en Latinoamérica, antes por Libia en África y por Irán en Asia Central marca las pautas de movimiento de la geopolítica y enciende los focos de alerta.


Evidentemente, el involucramiento popular en la construcción de los procesos contrahegemónicos o alternativos es la base de su solidez y el mal manejo de las diferencias puede llevar a situaciones en que éstas se conviertan en contradicciones incluso antagónicas.


La suerte de la región y las posibilidades de construcción de un futuro distinto, que permita caminar hacia fuera de este sistema de guerra y depredación, se encuentran en gran medida en la sabiduría con la que estos procesos generan los consensos e inventan su realidad, cosa que no en todos los casos sucede y que, por supuesto, es la más difícil de lograr.


Tanto Libia como Siria muestran fracturas sociales que han sido muy bien aprovechadas por los intereses hegemónicos. No obstante, en geopolítica nada se escribe de manera definitiva y la balanza puede nuevamente orientarse hacia la bifurcación sistémica, hacia lo que hoy muchos ya nombran el vivir bien.


Notas:
1) En el caso de América este lugar le corresponde a Venezuela.
2) Irak en su momento fue destruido por los mismos motivos.

- Ana Esther Ceceña, economista mexicana, es investigadora en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica
www.geopolitica.ws

* Este texto es parte de la Revista América Latina en Movimiento, No. 471, diciembre 2011 que tiene como tema central "De indignaciones y alternativas" (http://alainet.org/publica/471.phtml


 

sábado, 10 de diciembre de 2011

SUBSIDIOS: preguntas que el gobierno no se atreverá a responder

La decisión del gobierno de cambiar la política de subsidios en los servicios de luz, agua y gas, pone en debate lo ocurrido en los últimos 9 años y abre un espacio para discutir la forma en que se está llevando adelante la provisión de estos servicios públicos.

1. No cabe duda de que era hora de eliminar los subsidios abiertamente injustificados a las fracciones más ricas de la población y el empresariado local. En un sólo año, esos subsidios representan más de 3000 millones de pesos. La pregunta incómoda es cuál fue el justificativo para haber mantenido esa política establecida por Duhalde pero mantenida y profundizada por el kircherismo. ¿Cuántas viviendas, escuelas, obras de agua, gas y luz en barrios populares podrían haberse realizado con esos miles de millones de pesos? ¿Qué hará ahora el gobierno con los recursos ahorrados: destinará los subsidios a expandir la red de agua potable, gas natural y energía eléctrica en los barrios más necesitados, o aplicará los recursos a mantener el superávit fiscal y así seguir garantizando el pago de la deuda pública?

2. El subsidio a la población más pobre es enteramente razonable. Lo que sí cabe preguntarse es por qué luego de 9 años de crecimiento acelerado, en el modelo de "crecimiento con inclusión" del "capitalismo en serio" millones de personas siguen careciendo de agua potable, luz y gas. Miles de millones de pesos en subsidios a las empresas privatizadas no han servido para eliminar el profundo déficit de acceso a los servicios.  Para colmo, quienes son forzados a seguir recibiendo subsidios para subsistir en la pobreza deben sacar "certificado de pobres" para garantizar su derecho constitucional a estos servicios básicos para la vida. ¿Alguien sabe cuáles son los verdaderos costos de la provisión de agua, luz y gas? ¿Por qué era necesario subsidiar a las empresas para mantener las tarifas bajas? ¿Las empresas privadas proveedoras de servicios públicos privatizados necesitaban recibir millonarios subsidios para seguir operando con ganancias razonables?

3. Por otro lado, eliminar el subsidio a los más ricos no pone en cuestión que tras la rifa del patrimonio nacional del menemismo, una parte importante de nuestra economía quedó en manos de capitales extranjeros: bancos, servicios públicos, YPF, grandes empresas, etc. Es un proceso de extranjerización que continuó y se profundizó durante el kirchnerismo. Hoy que el capitalismo está en crisis, las casas matrices de estas empresas recurren a nuestra riqueza para financiarse, mientras trasladan los costos de la crisis que ellas mismas generaron a sus pueblos. Mucho menos se pone en cuestión la lógica del patrón de consumo de gas, luz y agua, todos servicios básicos producidos a partir de la explotación de las riquezas naturales. Los ricos pagarán más, pero podrán seguir haciendo uso y abuso de los recursos, derrochándolos mientras millones carecen siquiera de acceso mínimo a esos servicios y la degradación ambiental producida por el abuso de consumo suntuario continúa. ¿No será tiempo de revisar en serio las privatizaciones? ¿Es suficiente estatizar Aerolíneas Argentinas o se trata de avanzar sobre las empresas privadas proveedoras de agua, gas y energía eléctrica, entre otras?

4. Por último, la segmentación tarifaria (los pobres tienen una "tarifa social" mientras que los ricos pagan más) sólo compensa parcialmente la enorme desigualdad de ingresos y riqueza que persiste, y no pone en discusión la injusta estructura tributaria. Efectivamente, se mantiene intacto un esquema de impuestos donde los pobres pagan proporcionalmente mucho más que los ricos. Más que un esquema de tarifas segmentadas necesitamos un sistema tributario equitativo donde los ricos aporten más para financiar la provisión pública de servicios públicos de acceso universal y tarifas justas.

El gobierno suele presentar sus urgencias (garantizar el superávit fiscal frente al impacto de la crisis global) bajo la forma de medidas de apariencia "progresista" (eliminación de subsidios). Sin embargo, siempre se queda corto y lo que parece un avance suele resultar en retrocesos. En este caso, en lugar de aprovechar la oportunidad para poner en debate la matriz de provisión de servicios públicos creada en el neoliberalismo, el gobierno "profundiza el modelo" con ajuste fino: fortalece el modelo privatizador y legitima un discurso que vincula el acceso a derechos básicos sólo a partir de la "demostración de pobreza" mientras - simultáneamente - deja intacta la estructura de desigualdad social heredada pero nunca cuestionada.

¡Recuperación de las empresas de servicios y transporte rifadas en los 90!

¡Trenes, subtes, teléfonos, celulares, gas, internet, electricidad, agua en manos del Estado, sus trabajadores y usuarios! 

¡Por una reforma impositiva que privilegie al pueblo trabajador!

¡Basta de privilegios a las grandes empresas! ¡No a los aumentos de tarifas al pueblo trabajador!


 Región Buenos Aires
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas; Centro Cultural de los Trabajadores; Colectivo de Educación Popular en Cárceles - Atrapamuros; Comedor Germinal; Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (CEIP); Espacio Chico Mendes; Estudiantes Críticos Lanús; Frente Popular Darío Santillán; Garabatos la Aceitera; Grupo de Estudios sobre América Latina y el Caribe (GEAL); Juventud Rebelde 20 de Diciembre (La Mella, Lobo Suelto, La Trifulca, Corriente Sindical Agustín Tosco); Organización Popular Fogoneros; Rebelión - Corriente Universitaria; Socialismo Libertario; Casa de la cultura Los compadres del horizonte; Asamblea popular de Beccar;); Grupo AMAICHA.
Región del NOA (Salta, Jujuy, La Rioja y Tucumán)
Colectivo de trabajadorxs "PANGEA"; Frente Popular Darío Santillán; Frente Riojano de Organización Popular (FROP); Grupo Ecologista Pro Eco; Movimiento Libertario Anarquista; Organización Feminista Anticapitalista La Otredad; TIERRHA.
Región de Cuyo  (Mendoza, San Luis y San Juan)
Colectivo La Minga; El Espejo; Frente Popular Darío Santillán; Organización de Trabajadores Rurales  de Lavalle (OTRAL); Retamo; Minga -  Grupo de Educación Popular.
Región Patagónica (Neuquén y Río Negro)
Frente Popular Darío Santillán.
Región del NEA (Chaco y Formosa)
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas; Frente Popular Darío Santillán; La Otra Voz.
Región Centro (Santa Fe, Córdoba y La Pampa)
Córdoba se Mueve; Frente Popular Darío Santillán; Socialismo Libertario; Asamblea Permanente por los Derechos de la Niñez de General Pico (APDN).

martes, 6 de diciembre de 2011

6 de diciembre de 2011: Tres años después, las manifestaciones de los alumnos envían múltiples mensajes a la sociedad

6 de diciembre de 2011: tres años después del asesinato del quinceañero Aléxandros Grigorópulos por dos maderos, guardias del Régimen, la Democracia nos quiere hacer olvidar, quiere imponer su normalidad, a través de la represión, el terrorismo y la desinformación. Quiere esparcir el miedo, disolver las manifestaciones contra su Soberanía. No obstante, hoy ha recibido una respuesta por parte de miles de alumnos y estudiantes, quienes hay han enviado varios y múltiples mensajes a la sociedad griega y a los oprimidos de todo el mundo.


Desde la mañana de hoy, 6 de diciembre, se ha extendido por todo el centro de Atenas un ambiente de terror. Maderos, policías vestidos de civil y secretas están esparcidos por todas partes. Detienen a fotógrafos y les quitan las cámaras, intimidan a la gente que se dirige al centro para participar en las manifestaciones, cierran las estaciones de metro y bombardean a los pasajeros con constantes anuncios, aterrorizan con la tele y la radio.

Por la mañana, en varios puntos de los barrios de las afueras de Atenas se realizaron concentraciones masivas, con bloqueos de calles, asedios de comisarías y enfrentamientos con las fuerzas de la guardia pretoriana de la dictadura parlamentaria. Muchas de ellas se convirtieron en marchas por los barrios y a continuación se dirigieron al centro de la ciudad, donde se había convocado la manifestación estudiantil de toda Atenas.

La manifestación de los alumnos de escuelas secundarias comenzó sobre el mediodía. Más de 5.000 personas marcharon hacia el Parlamento. Ahí comenzaron los conflictos entre alumnos y maderos de los llamados equipos antidisturbios, armados hasta los dientes. Los alumnos estuvieron tirando piedras, objetos y cócteles molotov hacia los pies del Parlamento, donde el Monumento al Soldado Desconocido. Los maderos respondieron con granadas de ruido sordo, gases lacrimógenos y otras sustancias químicas. Los conflictos continuaron durante mucho rato. A continuación los maderos rodearon y evacuaron la plaza del Parlamento (Síntagma). Los manifestantes fueron evacuados y echados, al principio hacia los alrededores de la plaza, y a continuación fueron dispersados por la Policía hacia varias direcciones.

Hay varios lesionados y detenidos. Los maderos no dudaron en tirar gases y granadas de ruido sordo hasta al centro de primeros auxilios que se había montado en el centro de la plaza. Lo mismo hicieron dentro de la estación de metro, al ser transportados los lesionados al consultorio de la estación. También, varios de los lesionados-entre ellos uno gravemente herido- tuvieron que estar más de dos horas esperando a que les recogiera una ambulancia.

Unos minutos antes de la manifestación, grupos de los denominados equipos antidisturbios y policías vestidos de civil invadieron el edificio del espacio social libre “Nosotros”, a pocos minutos andando de los Propileos de la vieja Universidad, desde donde iba a comenzar la marcha de los alumnos. La redada duró menos de media hora. Durante este rato la gente que se reunió fuera del edificio de “Nosotros” estuvo fuertemente abucheando a los maderos. Una vez más el Régimen de la Democracia no guarda las apariencias, no respeta ni siquiera sus propias leyes: la redada fue realizada sin ninguna orden judicial, ya que “Nosotros” está albergado en un edificio alquilado.

Hay que señalar que un poco antes del comienzo de la manifestación, los alumnos y otros jóvenes pillaron a un policía secreto dentro de la manifestación y le dieron una paliza. Este es otro de los muchos mensajes que han enviado los alumnos de Atenas a la sociedad.

También, en la ciudad de Agrinio, muchos manifestantes se enfrentaron a las fuerzas represivas del Régimen y después de los conflictos procedieron a la ocupación del ayuntamiento de la ciudad (fotos). En Tesalónica, muchos alumnos atacaron a escuadrones de la Policía, a comisarías y a ministerios. Durante la manifestación, no dudaron en entablar conversaciones o discusiones con personas que se expresó peyorativamente de ellos. “Vosotros también nos habéis destrozado la vida” fue uno de los comentarios dirigido a votantes dóciles y obedientes de los partidos políticos gobernantes, que se encontraron a su paso. Incidentes semejantes hubo también en varias ciudades.


A las 18:00h se realizará una manifestación en el centro de Atenas, convocada por varias colectividades. Habrá información sobre lo acontecido en ella, en esta entrada o en otra, según el desarrollo de los acontecimientos.


fuente: http://verba-volant.info/es/