Por Anahí Di Santo.
Ayer declaró el primer
testigo por el crimen de Mariano Ferreyra. Marcha entrevistó a Nelson Aguirre,
militante del Partido Obrero de Almirante Brown, uno de los heridos de bala y
querellante en la causa en donde se imputa a 17 personas por el crimen de
Ferreyra y el ataque de la patota.
¿Qué sensaciones te
dejó declarar en el juicio?
Fue muy duro, sobre todo cuando me tocó recordar a los
compañeros tirados en el piso, cuando lo vi a Mariano herido, a Elsa
(Rodríguez). Me conmovió mucho porque perdimos un compañero, y Elsa está
peleándola, sabiendo que se va a recuperar, pero el daño que se provocó es muy
grande. Ahora, siempre con la convicción y la firmeza de que estamos en el
camino correcto, que detrás de todo esto hay un reclamo justo, tanto lo que
motivó en su momento la movilización de los tercerizados, de los compañeros del
Partido Obrero, de los compañeros de las otras corrientes que estuvieron
apoyando ese día y se solidarizaron con esa lucha, como el reclamo de justicia
por que se castigue a los culpables del homicidio de Mariano y los que han
intentado asesinar a Elsa, a Ariel Pintos y a mí también.
Motivado por eso, y respaldado además por una movilización
muy grande que se extendió por todo el país, a la hora de ir a declarar uno se
siente acompañado, le da aliento y percibe una contención que lo mantiene
firme.
¿Cómo fue estar cara
a cara con Pedraza y los demás acusados presentes?
Me dio la impresión de que el hecho de que Pedraza y el
Gallego Fernández, dos pesos pesados de la burocracia sindical argentina y de
la Unión Ferroviaria, hayan estado en prisión es un golpe muy grande para
ellos, no les ha sido gratuito el paso por la cárcel. Y además es la primera
vez que se logra poner en el banquillo de los acusados a los autores
intelectuales de un hecho. Entonces eso me da más esperanzas de que esto se
resuelva positivamente, de que ellos paguen por lo que han hecho. Y para
nosotros, los familiares, los compañeros, los amigos, es el primer gran paso
para seguir con las demás responsabilidades, porque recordemos que en este
juicio no están presentes ni los miembros de la empresa UGOFE, que han
autorizado la licencia para alrededor de 80 trabajadores del taller de Remedios
de Escalada, ni tampoco están presentes los funcionarios del Estado que fueron
cómplices, ya que está probado que hubo una complicidad entre la burocracia
sindical y la empresa. Porque todo el negociado que se armó en lo
ferrocarriles, que derivó en la protesta de los tercerizados y en el accionar
de la patota para encubrir esos arreglos, fue lo que finalmente terminó con la
vida de Mariano Ferreyra. Entonces queremos que los que están en el banquillo,
de quienes está probada la participación, vayan presos, y que nos permita ir
por todas demás las responsabilidades.
¿Cuál es la
estrategia que están utilizando los abogados de los acusados?
Son los mismos argumentos que usaron para tratar de evitar
el inicio del juicio. Ellos quieren que parezca que lo pasó ese 20 de octubre
fue un enfrentamiento y nos acusan a nosotros de que íbamos a cometer un delito
-según su parecer- que era cortar las vías, y que la patota en realidad cometió
un exceso en el legítimo derecho de defenderse contra ese corte. Esto se cae a
pedazos, porque lo que hubo fue un plan criminal trazado por los responsables
de la muerte de Mariano que hoy están acusados, fue diseñado y ejecutado como
un mensaje hacia los tercerizados, que es que acá no se puede enfrentar al
sindicato, que no se puede desafiar a la tercerización y que no se puede
reclamar. Porque todo eso va en perjuicio de los negocios que la propia
dirección de la Unión Ferroviaria tiene en los ferrocarriles. Y esto quedó en
claro a partir de las pruebas que presentó la fiscalía, el resultado de la
investigación a partir de las escuchas telefónicas y de una cantidad de
elementos que son irrefutables. Entonces se agarran de cualquier elemento para
presentarnos a nosotros como violentos, para tratar de mostrar que fuimos a
cometer un delito, cuando en realidad los únicos violentos, los que han venido
armados y con intenciones claras de matar para frenar el reclamo de los
trabajadores, han sido ellos. Y la participación de la policía en todo esto es
evidente: primero, la Bonaerense nos reprimió mientras éramos agredidos en la
primera oportunidad por la patota, y luego la Federal, que se le abrió paso
directamente a los que después cometieron el asesinato. Porque en el momento en
que ellos nos empiezan a atacar, la policía directamente desaparece de la
escena. Tampoco colaboraron en ningún momento, nunca aparecieron en la escena
del crimen para ver si había algún herido, ni siquiera una vez que se oyeron
los disparos, las fuerzas intentan detener a los que portaban las armas.
¿Cómo sigue la
militancia después de vivir un hecho como éste?
Con más ganas, porque está en juego el futuro de los
trabajadores, de la juventud en la Argentina, y sabemos que por menos que sea,
lo que uno puede aportar significa mucho. Por eso también se hace más dura la
pérdida de un compañero como Mariano, porque él, como muchos militantes, dio la
vida por esta causa que consideraba justa. Entonces ese es un factor que nos
hace redoblar la apuesta todos los días, nos impulsa a ponerle más energía a la
actividad cotidiana, a la militancia, a la difusión de las ideas que
defendemos, a sostener la lucha de los trabajadores, a apoyar los reclamos que
son justos. Porque hay compañeros que no hubiéramos querido perder en el
camino, como es el caso de Kosteki, Santillán, Fuentealba, Mariano y tantos
otros. Es un precio que no queremos que se pague más para que haya un país
donde los trabajadores y las clases populares tengan sus problemas resueltos.
No queremos que nadie más tenga que pasar por este tipo de hechos para
conquistar una reivindicación.
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